Mañana será un día decisivo para América Latina por un lado se juega la reelección la presidenta brasileña Dilma Rousseff,mientras que el ex presidente uruguayo Tabaré Vázquez busca volver al poder. Un triunfo del liberal Aecio Neves pondría en jaque a un MERCOSUR que ha sido dominado por la izquierda suramericana. También representaría la vuelta de la derecha brasileña al guiso. Las encuestas pronostican un empate técnico en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales ,aunque se dice que Dilma tiene las de ganar,la mera posibilidad de una derrota sería un golpe duro para los gobiernos progresistas de la región. De hecho Neves ha sido muy crítico con la presidenta por sus relaciones con Argentina,Cuba y Venezuela. Sin mencionar que en un eventual Gobierno suyo las relaciones con Estados Unidos tendrían un mejor clímax. El Partido de los Trabajadores ha estado en el poder desde el 2003 con Lula y Dilma gobernando. A su favor está la reducción dramática de la pobreza en más de la mitad y los programas sociales que le han garantizado a los más pobres el acceso a una educación universitaria de calidad. En términos de política exterior el Brasil ha sido clave en los procesos de integración que se han venido gestando como la UNASUR y la CELAC. Sin duda alguna las relaciones con los países vecinos ha sido muy cordiales debido a las similitudes ideológicas que comparten entre sí. El pueblo brasileño tiene la última palabra en decidir sobre la continuidad de Dilma o la vuelta de una derecha que está loca de volver acariciar el poder. Es una elección cerrada,pero creo que al final de todo Dilma va a sacar su pasado guerrillero para decirle a Lula get ready for 2018. Vaticino el triunfo de la izquierda en Brasil porque creo que los sectores más pobres del Brasil ven con más confianza al actual Gobierno y temen que los programas sociales sean cancelados por el candidato derechista.
El escenario uruguayo es igual de cerrado, según las últimas encuestas Tabaré Vázquez debe ganar la primera vuelta ,pero su respaldo no le sería suficiente para evitar una segunda vuelta. He aquí donde la derecha puede aprovechar para hacer alianzas y desbancar a el partido de gobierno, Frente Amplio, que al parecer no corre con la misma popularidad que el presidente José Mújica. El futuro presidente uruguayo deberá lidiar con reemplazar a un predecesor que le ha dicho lo que muy pocos políticos se atreven. Y es nada menos que decir la verdad sin ambages ni tapujos.
El panorama electoral está servido sólo falta que los brasileños y uruguayos nos digan que pasará con sus respectivos gobiernos. La izquierda se juega mucho en Brasil y Uruguay. No resulta extraño que los chicos del Socialismo tengan el ojo pegao en Dilma,es y ha sido una pieza vital para los amantes de una izquierda que arropa a gran parte del mapa latinoamericano. La derecha no se queda atrás y piensa que Brasil puede ser el primero de muchos gobiernos de izquierda en perder el poder. No sé que pasará mañana,pero será una gran noche para la democracia.
Reblogged this on .
Me gustaMe gusta