Latinoamérica de 2017 a 2018

América Latina está cerrando en bandada el 2017  con un Honduras dividido , el  Chile que le dijo no a la alternancia tanto gastada , un Perú a punto de ir a elecciones, un México que no deja de decepcionar, un Ecuador abierto a una nueva era y la lucha férrea entre Maduro y la oposición venezolana.  

A veces me resulta gracioso el discurso de la doble vara desde muchas esferas   que critica los intentos reeleccionarios izquierdistas de Evo, Lula o de Correa, pero se quedan silentes con la reelección de Pinera y el dato de que Chile ha elegido solo a tres presidentes desde 2001.  Porque no  hablar también de que Lenin Moreno está impulsando la no reelección en su caso. Algo verdaderamente increíble cuando sabemos que la izquierda le encanta esa palabra de permanecer más de un mandato en el poder. Y qué casualidad que Rafael Correa salió de Bélgica y volvió rapidito a Ecuador para denunciar a lo que su juicio es una traición a su revolución ciudadana por parte del que fuera su vicepresidente en su primer mandato. ¿Volverá Correa a postularse a algo en Ecuador?  Preguntas y más preguntas. Sabemos que Lula está loco por volver a postularse pero ¿Lo dejaran? Esa y otras interrogantes se han de responder en un futuro no tan lejano. 

Por un lado resulta igual de irónico ver el silencio de la comunidad internacional ante lo ocurrido en Honduras y la guerra civil que se ha envuelto en ese país por presuntas denuncias de fraude electoral por parte del candidato Salvador Nasralla contra oficialista y actual presidente Juan Orlando Hernández. Claro está que tampoco es que se sea imparcial, pero al menos la poca credibilidad en los sistemas electorales de un país, es imperativo para cuestionar la funcionalidad de ese Estado. Aunque ya ese asunto parece ser resuelto por el oficialismo al declararse la reelección de Hernández. 

El 2017 culmina el último semestre con el último gran titular de que Pedro Kuczynski indulta por motivos de salud al ex presidente peruano Alberto Fujimori. Uno se pregunta si esto fue realmente por el espíritu navideño o por la estrategia política. Al parecer lo último tiene más lógica, ya que fue Kenji Fujimori, hijo de Alberto,  quien se abstuvo para que el actual presidente no fuera sacado de su cargo. 

Hay que ver lo que depara en 2018, pero ya les doy un adelanto de varios puntos que se van a dar. 

Cuba tendrá un nuevo presidente y  es casi seguro de que no será un Castro

En México López Obrador tiene  las cartas y esta vez la tercera puede ser la vencida. ¿Dará MORENA el zarpazo o será otra derrota acumulada al PEJE?

Maduro se juega la presidencia en elecciones. ¿Dejaran a Capriles correr? ¿Participara la MUD?

Alianza del Pacifico retomara su destino con Pinera 

¿Elecciones a la vuelta en Perú?

¿Lula 2018?

Cumbre CELAC ¿Solo fotos o integración?

No hay dudas que el 2018 es uno de una gama de cambios certeros  y casi seguros que romperán ciclos políticos existentes, perdurarán algunos y abrirá puertas a nuevos integrantes en el debate político. A todo esto, hay que resaltar que se espera la realización de la Cumbre de la CELAC en enero en el Salvador. Allí proyecto muchos bailes bonitos y disuasivos de discursos buenos para una tarde, pero de insignificancia para el hombre de a pie que vive en la serranía y en el monte de la América Latina. Ojala esa cumbre muestre la verdad sobre la mesa, se discuta sobre los derechos humanos sobre la integración comercial, pero también sobre el potencial que tiene esa región de estrechar lazos más vinculantes y fuertes que no se queden en la superficialidad de un recital o de una foto de grupo rígida. 

Este 2018 espero que sea uno de mayor libertad, prosperidad e integración para la región latinoamericana y caribeña, pero sabemos que quedarnos en la cursilería seria hacernos un mal pero tampoco está de malas tener esperanza e ilusión. 

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Izquierda se juega la vida en Ecuador

Si la derrota del Kirchnerismo fue fuerte para la izquierda latinoamericana, la de Ecuador sería desastrosa. Con todo y que Rafael Correa aun goza de mucha popularidad, la verdad es que su movimiento no ha logrado traducir su carisma electoral en su delfín politico.

En la primera vuelta la derecha se salvó por un pelito de ser derrotada por nocaut, lo que fue un alivio para ellos fue un dolor de cabeza para la izquierda ecuatoriana. Saben que cuando se junta la oposición en un solo bloque hay posibilidades reales de perder el poder.

Con un escenario similar al argentino Guillermo Lasso quiere emular a su Mauricio Macri y sacar del poder al candidato oficialista de Ecuador. Si bien es cierto que son dos escenarios con contrastes la verdad es que no hay nada seguro de que Lenín Moreno tenga suficiente convocatoria para mostrar su mollero electoral contra la oposición ecuatoriana. Como cuestión de hecho la encuestadora Market pronostica una lucha reñida con un Moreno ganando estrechamente.

Lasso, un banquero exitoso y con una cosmovisión empresarial sobre los asuntos de gobierno, ha basado su estrategia electoral en que va a bajar los impuestos y que abrirá el País al comercio con participación en bloques multilaterales. Moreno apuesta a que su propuesta de crear más de 200 mil empleos y su énfasis en el emprendimiento juvenil y un aumento en las pensiones puedan cautivar más a los electores a elegirlo como presidente.

Recordemos que Moreno fue vicepresidente de Correa en su primer gobierno y ademas es un político que no conoce limites. Estamos hablando de un hombre que al igual que Franklin Roosevelt en Estados Unidos puede convertirse en el primer presidente ecuatoriano que sufre de paraplejia.

Nadie puede evadir que en su gestión Correa tuvo aciertos en el desarrollo de Ecuador, no por nada fue reelecto por un margen arrollador. Pero ahora el desgaste normal de estar tantos anos arriba y el cambio de candidato pueden ser elementos que juegan en contra de Alianza País y la candidatura oficialista de Lenín Moreno.

En el mirador regional cada elección es crucial para los chicos del Alba y el eje socialista. Tras salida de Dilma y el ascenso de Macri, una derrota en Ecuador ya pondría en estado grave y comatoso a la primavera rosa que Lula, Chávez y Nestor Kirchner empezaron. Y ni hablar de que Evo ya no puede aspirar a otro término.

El próximo 2 de abril los ecuatorianos harán historia ya sea por la victoria de la izquierda o el regreso de la derecha al poder. Es un punto de encuentro político donde el resultado tendrá una consecuencia irrefutable en el desarrollo de América Latina.

Divididos antes de Cumbre CELAC

Por más que tapen la verdad con sonrisas forzadas y fotos adornadas  hoy América Latina se enfrenta a un escenario complejo y dividido, a  solo días que comience la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Si quieren hablar de segmentación sería bueno contar cada una de las organizaciones que tienen como misión construir lazos entre los países de la América Meridional. Desde el Alba hasta la UNASUR, tenemos pequeños y grandes bloques que tienen distintas visiones de lo que ha de ser esa unidad regional que por mucho tiempo se ha planteado.

Casos como el de Brasil y la indiferencia de muchos hacia la figura de Temer, o la rivalidad creciente entre Macri  y Maduro pueden ser parte del rifirrafe verbal que se refleje en la plenaria.

Fíjense que ya el MERCOSUR y el veto contra Venezuela es solo un extracto de esa ilusoria unión que van muchos a fingir en la foto de grupo de la cumbre CELAC.

Si bien es cierto que es saludable debatir sobre los problemas y serias faltas que muchos países enfrentan, también es primordial centrarse en hablar claro y proponer una ruta de trabajo real para acelerar los procesos de cooperación entre los miembros.

Esa Gran Colombia y ese sentir de Patria Grande que Bolívar y San Martin tanto anhelaban en su época libertaria se ha ido desvaneciendo con la adoración a los intereses ideológicos por encima del bien regional. Porque ahora todo es estar en un club de amiguitos, sean de la logia neoliberal o la carpa roja socialista. Aunque cuando se habla de negocios no hay etiqueta que detenga el generar billetes para sus cuentas.

Y cuando el debate político se reduce a oponerse por oponerse y a estar de acuerdo por estar de acuerdo estamos desperdiciando el rol del discurso y la interacción de ideas.

Este 25 de enero no puede ser testigo de otro baile de discursos y retoricas vacías. Si de verdad se quiere hablar en serio, hay que dejar la superficialidad y apostar por definir acciones concretas para que se visualice esa supuesta integración que tanto proponen.

Hablar de democracia y libertad ,pero también de crecimientos sostenido y asumir responsabilidad sobre la gran desigualdad que viven los países del Sur, que no se reduce a partir del aburrido palabreo entre burócratas .Sino con medidas que hagan emprender y superarse a los millones de latinoamericanos que merecen tener una oportunidad de cubrir sus necesidades con trabajo digno.

La mesa está servida y Republica Dominicana será la sede donde reinará el inmovilismo disfrazado o la carrera hacia una verdadera ruta de cooperación sin mañas politiqueras.

Deseos para América Latina en 2017

Para América Latina el 2016 ha sido uno bastante colorido y que ha marcado la batalla en el campo ideológico con varios cambios de gobiernos notables. Claro está la noticia central es los acuerdos de paz de gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC-EP. Un suceso histórico que tuvo sus bajas cuando el pueblo lo rechazo, pero que tras ser enmendado salió más fortalecido al contar con apoyo de varios grupos que antes se oponían a lo contenido en ese pacto. Por eso no era de extrañar que Santos se convirtiera en segundo presidente latinoamericano en alcanzar el Nobel de la Paz.  Para Colombia el nuevo año será uno donde se pondrá a prueba si realmente en las montañas y los campos esas balas se cambiaran por los votos y la participación pacifica en el juego democrático.

Y hablando de movimientos revolucionarios no podemos dejar atrás el impacto de la muerte de Fidel Castro en Cuba y en la región. Aunque ya no estaba como presidente de la Isla , no había duda de que mantenía una influencia en el actuar político de su hermano como también en los países alineados al socialismo del siglo XXI como Venezuela , Ecuador y Bolivia. La pregunta será si Cuba continuara con sus ajustes económicos tras nueva relación con Washington. Aunque con Trump en la presidencia no creo que el Embargo se elimine y se proyecta un reversazo a las medidas amigables que ambos países habían acordado en los últimos anos.

Por otro lado hoy más que nunca vemos una región marcada por sus claras divisiones ideológicas que hacen difícil una mayor integración comercial. Triunfo de Macri en Argentina y la promoción de Temer en Brasil provocaron un terremoto en el MERCOSUR, donde se ha expulsado a Maduro y Venezuela. Aunque el chamo dice que confía en que con ayuda de Tabaré la cosa se arregle. Algo que dudo después del rifirrafe de palabras que se está tirando con Macri.

Al parecer Nicolás tendrá que dialogar en doble mesa, primero con la oposición y segundo con las panas de Argentina y Brasil. Y bendito que tenga cuidado con Temer, que según Dilma está que teme.

En el Caribe a pesar de lo bien que le va  a Quisqueya , tenemos a un Puerto Rico que pasa por un estado nefasto  financiero por la exorbitante deuda que tiene el gobierno. No por ello ya el Congreso de Estados Unidos le puso una Junta de Control Fiscal  que le resta poderes a la figura del gobernador. Según Washington, los integrantes de este cuerpo instaurado buscan auscultar y ordenar lo que tiene que hacer la Isla  para salir de la crisis.

En términos económicos vemos cierto retroceso en las perspectivas de crecimiento generales de la región. Danilo Medina continua llevando a República Dominicana a una robusta expansión en su economía, la CEPAL estima que este ano cierre con un 6 por ciento de crecimiento. Y por supuesto la consistencia de Perú como uno de los países emergentes con mayor éxito comercial, aunque todavía no iguala su auge con el progreso de los de abajo. Algo que el nuevo presidente ha tenido como prioridad. Ya veremos que ocurre con PPK. Bolivia sigue como la estrella en área financiera para los chicos de la izquierda. Evo Morales aun resiste los precios bajos del crudo y logra salvar los muebles. En su contra tuvo que el pueblo no acepta que se postule otra vez a la presidencia tras derrota en referéndum que buscaba darle permiso para hacerlo. Pero a pesar de ello el muchacho dice que no descarta usar cualquier herramienta para seguir guisando. Por cierto me dicen que Morales y Daniel Ortega se andan peleando por quien gobierna más anos.

El gran reto político es aprender a sentarse en una mesa, debatir y entender que por más diferencias que existan los de abajo deben ser la prioridad en cada decisión o acción que tomen.  Empezando enero, habrá una cumbre de la CELAC, una organización que reúne a todos los mandatarios latinoamericanos y caribeños. Ahí veremos mucha bulla y tiraera entre los distintos bandos.  Esperemos que en vez de serlo, sirva como una oportunidad para que la región explote de una vez y por todas su potencial. Esperemos que el capital de la informática y el enfoque hacia generar mayor valor agregado sea parte central de las discusiones que se den.  El 2017 ya de lejos se percibe como uno donde se van a provocar otros cambios, tal vez fisuras y hasta escenarios de incertidumbre si la violencia triunfa en ciertos países del continente.

Ojala llueva café diría Juan Luis Guerra, pues lo mismo quisiera que ocurriera con América Latina. Pero como nada es imposible, que arañas con corbata salgan reelectas no puede ser sorpresa.

Ahora les toca a ustedes decir que esperan del 2017 y comentar sobre el 2016

Bolivia y el dilema de la reelección

evo
De llegar a terminar su periodo de gobierno hasta 2020, Evo Morales se convertirá en el presidente con mas tiempo  al frente de Bolivia. (Foto: Getty Images)

¡Ay! Hablaron desde la elite, concentraron los discursos maniataron su propaganda y convencieron a los bolivianos de decirle No a Evo y su reelección.  Aun cuando el margen es estrecho, no hay dudas que hay un sentir de negación a la  no alternancia en el poder presidencial. Aquí más allá de ser el acostumbrado rifirrafe entre derecha e izquierda. Es la preocupación consciente y valida de que la presidencia se convierta más en una ocupación duradera hasta la jubilación.  Aunque Evo perdió electoralmente, aún queda por ver si tuvo una derrota política. Primeramente porque la oposición boliviana no ha mostrado unidad en colocar una estructura que pueda ser retante ante el oficialismo. Al contrario de la MUD en Venezuela, la derecha boliviana carece de elementos para buscar apoyo de sectores con algún descontento con el Gobierno.

Si bien la victoria del Sí, es la celebración de la oposición y los amantes de la alternancia. Evo pierde porque los escándalos de corrupción ya están pasando de ser una molestia a ser algo muy pesado para muchos bolivianos, y sumados a la campana exitosa de la oposición a  que la eternización del poder puede salir mal. Dos agentes fundamentales que marcan las razones del revés electoral del oficialismo.

Cuando ya Evo no podrá postularse de nuevo a la presidencia, su legado es evidente. La triplicación del PIB y reservas internacionales en su gestión es algo muy sobresaliente. Suele ser más sorprendente, cuando hasta los muchachos del FMI avalan el crecimiento económico de Bolivia.  Morales ha logrado, algo que algunos gobiernos de izquierda han fallado en hacer, manejar eficientemente la economía y en ese intento no ha dejado atrás a los de abajo.

A pesar de ello, los bolivianos mostraron tener otros planes para su presidente, en una sonora medida le recomendaron un retiro después del 2020. Pobre Evo, ya no le será más difícil superar los 14 años de Chávez, aunque lo puede igualar. Probablemente Ortega sea el de las riendas sueltas para romper tal hipérbole electoral. Es que te digo que la reelección es como el vino, que enriquece y enamora a todos. Nada más te digo que Correa, Bachelet, Dilma y Santos son solo algunos de los  incumbentes que ya han probado de ese néctar, que sin moderación puede ser negativo para la salud.

Ahora con todo y el resultado del referéndum,  eso no significa que Evo no tenga un plan B y coloque a un sucesor competente capaz de seguir sus líneas políticas.  Yo no voy a caer en la retórica izquierda o derecha, porque en esencia eso no fue lo que se jugó en el referéndum. Tocando el acordeón y revisando la historia de Bolivia, contra es comprensible que los bolivianos no estén acostumbrados a que su presidente dure tanto años en el poder.  Ha, Ha, Ha y eso que no te había dicho que el País tuvo cinco presidentes distintos entre  el 2000 y 2006.

Vale destacar que es una derrota que debilita a los muchachos de la izquierda. Primero fue Cristina, Correa se va ya mismo al igual que Evo. Dejando un espacio vacío de liderazgo en ese renglón político. Aquella primavera rosa, está pasando por una sequía electoral que podría cambiar el tablero político de la región latinoamericana.   Mientras tanto Macri quiere competir con Juan Manuel, por liderar a la derecha a la reconquista de la región. Aunque por lo que se ve los dos muchachones también son amantes del vino presidencial.

Entre más le damos un acercamiento al panorama político latinoamericano, nos damos cuenta que los votantes ya no andan montándose en camiones ideológicos, sino que tienen hambre de exigir y tener más. Para ver la política, tienes que ignorar tu fanatismo para ver con una visión clara la realidad de nuestros pueblos.

 

 

 

Macri y las peleas que se avecinan


Con vino, barajas y con mucha algarabía Macri prepara sus cosas para instalarse en la Casa Rosada. La una vez llamada primavera rosa esta despintándose tras perder uno  de sus bastiones. El nuevo dignatario pareciera haber tenido su discurso triunfante preparado desde la preparatoria. Empezando con su compromiso de liderar a Argentina a nuevo modelo económico Macri se fue de remate y la cogió contra el MERCOSUR y el Gobierno venezolano. Un gobierno incompatible con las tendencias liberales del nuevo vecino que no teme hablar de diferencias, aunque al final estas puedan encadenar más que un rifirrafe en la región.

Cuando el balotaje argentino significo una victoria de la derecha, hay que entender que más que eso es la pelea necesaria del debate ideológico latinoamericano. Los muñequitos le cambiaron la vida a la izquierda. Venezuela se enfrenta a unas elecciones parlamentarias, que implican si Maduro tendría o no la mayoría en el Parlamento. De ser un resultado adverso, estaríamos frente a una derrota significativa para un gobierno que no cuenta con las credenciales que acaricia Macri.

Ni te hablo de las autoridades inglesas de las Malvinas, que ya ponen al sucesor de Cristina como un negociador “deluxe”

Mientras tanto varios opositores venezolanos han apoyado al nuevo chico argentino debido a su férrea posición de expulsar a Venezuela del MERCOSUR. Aunque ya Uruguay y Ecuador han descartado tal posibilidad, es sin duda un aperitivo de las recetas de Macri para dejar claro que Argentina va a bailar a la par con México, Perú y Colombia.

Lo que se vislumbra por el momento es que la integración podría estar debilitándose ,si las diferencias reinan ante un panorama político que pinta más un ejemplo clásico de pura fricción que a uno de fusión. Que malo que habrá que esperar meses para ver las caritas, los enfados y las rabieta  durante la cumbre de la CELAC, en Ecuador.

Con una Dilma en dificultades por un posible juicio político, hoy la izquierda está a prueba de demostrar si la ola progresista colapsó o es que solo pasa por una indigestión .Lo cierto es que a 10 años del ALCA, la pelea ideológica vuelve a coger candela. Hoy no sé quién va a enterrar a quien, pero advierto que habrá puños, machetazo, contra lonas y dormilonas por tal de agarrar esa pala que definirá la supremacía entre derecha e izquierda.

La realidad es que América Latina tiene el problema de no enfrentarse a sus propias interrogantes con sinceridad y seriedad. No le es práctico dejar que una fisura ideológica arruine la oportunidad histórica de emplear sus recursos para poner su bandera en el mundo. Ya es hora de adentrarse en el mundo y entender que para liderarlo se necesitan más que mollero o maquillaje, es voluntad y la valentía de pararse y enfrentarse de tú a tú sin perder la dignidad con la que una vez los libertadores mostraron  frente a Europa. La victoria de Macri afronta un dilema para muchos, pero es el rifirrafe ideológico que necesita la región para madurar y afrontar sus retos como colectivos y empezar a caminar con la frente en alto.

Unidad regional en el limbo

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A lo largo del tiempo hemos visto como la región latinoamericana y caribeña ha sido asediada y azotada por factores externos e internos, esto ocurre desde la colonización del nuevo mundo. La lucha por la unidad del continente por la defensa común ha existido desde las revoluciones de emancipación política. En muchas ocasiones se ha logrado edificar muchas iniciativas unionistas como la Gran Colombia o el Congreso de Panamá pero lamentablemente no han sido fructíferas debido a factores de la división ideológica, como también los intereses de las grandes potencias. Siempre cuando se habla de la integración se nos presenta que es un sueño imposible, tal vez porque han sido infructuosa las labores y batallas por alcanzar la unidad. Con la fundación de la CELAC se abrió un nuevo capítulo en la región, de un resurgir del sueño de los libertadores, aunque las nuevas alianzas han puesto en evidencia que las divisiones por el tipo de integración no está lejos de la realidad. La visión de la integración de Simón Bolívar era conformar la confederación de repúblicas del nuevo mundo para así luego ir a negociar como iguales ante el mundo. Esa visión siempre fue una constante en el pensamiento del libertador, y que hoy día sigue latiendo en los procesos políticos que hoy encarnan los líderes de la regional coyuntura política y económica de la actualidad hacen con más urgencia el llamado a la integración, ante la Europa crítica y la súper potencia en dificultades, América Latina debe preguntarse ¿Integración o desintegración? A 232 años del natalicio del libertador es necesario plantear el tema de la integración como un mecanismo central en el desarrollo económico de la región. Contrario a verla como un pretexto para que los presidentes se tomen una foto grupal donde puedan ocultar sus diferencias con una falsa sonrisa a medias. No es una cuestión de clichés protocolares lo que hace concretar el factor unitario, lo que realmente es imprescindible tener en cuenta es la interdependencia como un elemento vital para concretarla. Siempre va a ver la interrogante sobre cual estilo es apropiado para la región, pero muy poco se habla de llevar el debate a los pueblos. Una vez los trabajadores conozcan sobre las necesidades y beneficios de la misma, entonces tendremos un liderazgo obligado a responder hacia la incrustación de su país en el mensaje unitario. Lamentablemente ha sido lo contrario lo que ha reinado en el continente, mas bien las reuniones presidenciales han provocado menos entusiasmo en las masas que cualquier lunes del ano. Y no es responsabilidad de la población lo que provocado una cierta desilusión en el proceso, sino que es el inmovilismo casi institucional de muchas de las instancias que promueven la interdependencia y colaboración  latinoamericana. La CELAC mira a Oriente, mientras que la Alianza se entretiene haciendo TLC con Occidente. Estamos viendo una región que camina a medias sola, no por el discurso longevo del injerencismo, sino por el hecho de que no hay voluntad para crecer solos como un solo bloque. Hay que ser serios en un punto de ebullición que ve claramente la desaceleración económica de la región, mientras que el efecto desigual de las políticas económicas son más que evidentes ante el disfuncional estado de las fracasadas campanas de política pública que han hecho menos que nada por mucho de los latinoamericanos. Mientras muchos países viven aturdidos por dos tipos de inseguridad. En primer plano tenemos la ciudadana, aquella que atemoriza a la gente por miedo a ser parte de una estadística criminal, mientra que por otro lado se ve palpablemente la inseguridad ambiental, esta no la vemos en los programas sensacionalistas, pero si la presenciamos cuando vemos la alteración evidente de las temperaturas o en los golpes atmosféricos capaces de destruir las viviendas de muchos e inclusive ser un asesino silencioso. Cuyo nombre muchos quieren ignorar, el cambio climático no es un broma, es la realidad de una generación de políticas que se han olvidado que la Tierra también respira y hay que tratarla con respeto como una madre cualquiera. Aunque pueda ser un letargo de conciencia, es preponderante entender que las sequias interminables e inhabituales no son producto de la casualidad, sino que provienen de una serie de agravantes que han engendrado causalidades nefastas para el entorno ambiental. He aquí otro dilema que se pasa por alto en las matinés anuales de las cumbres, no es la hora de integraciones a las manos, es tiempo de poner los brazos fuera de los salones acondicionados y sembrar en las calles los cimientos de un proyecto que es largo, pero que vale la pena iniciarlo. Y es con el cambio climático donde las convergencias son instrumentos necesarios para combatir la severidad del calentamiento global. Claro que habrán facciones presidenciales que se opondrán a este problema, pero si es que son las divisiones patéticas e ilusas lo no dejan soltar a los olvidados.

Bolívar hablaba de los partidos como factores en la desestabilización de la unidad. La división ideológica es evidente, pero eso no puede pretender ser un estorbo indetenible para buscar la integración. Europa como bloque político y económico ha cometido errores, precisamente es vital mirar allá y evitar sus errores que le están costando hoy. No hay dudas que el proceso de la unidad no es fácil ni corto, es una gesta de largo plazo difícil, pero precisamente es en los detalles de su construcción que se emerge la integración regional. No hablo de una moneda común o de un eje judicial o económico regidor para la América Meridional, muy interesantes aspectos, pero realmente lo que hace la buena integración es la planificación conjunta por combatir la desigualdad, tal vez una problemática social que Y involucra a todos los sectores de la sociedad. Combatir la pobreza  y la inequidad no es un asunto nacional, por lo contrario corresponde a la región importarle lo que ocurre en el Haití olvidado  y en el Amazonas amenazado por los factores que maniobran la efectividad del cambio climático. El problema de la región, es que los presidentes buscan personalizar sus dilemas no como excusa de soberanía, sino en el ejercicio de ignorar sistemáticamente al otro vecino país   como intento de degradación política, Realmente ser competitivos es bueno, pero su valor decae cuando tienes números terribles en acceso a la educación y a la salud. Mucho se habla de los abrazos y el rifirrafe político de los presidentes, no obstante se olvidan que la innovación y la inversión en la Academia son elementos fantasmas que se obvian de las cumbres con caviar, pero que le saben a sal a muchos de los habitantes al Sur del Rio Bravo. Bolívar marco su sueño, falta que los pretendientes del poder transmitan sus abrazos y fotitos a aquellos que jamás supieron del cambio de presidente, porque tal vez no hay mucha diferencia en lo que hacen por mejorar sus vidas. La pasión por la unidad no se va hilvanar con discursos o con reuniones a ciegas, va a ser construida cuando la gente de a pie busque en el mapa y exprese que su casa es mas que su país, sino que es una nación continente que ha de emergerse como un polo de progreso dentro de una diversidad envidiable para muchos. El tiempo corre y la mesa global busca nuevos centros de poder, le ha llegado la hora a los de abajo a que prenda los motores antes que el lobo venga y le arrebate su época de oro. Bolívar aún tiene razón, a ver si detrás de los homenajes hay acciones que realmente honren la dignidad de un líder que lo arriesgo todo por un continente que aun ansia su libertad plena.