¡Ay!Vayan cerrando ya las puertas de los cierre de campanas, que el domingo puede ser solo dos cositas el fin de fiesta para algunos o el inicio de la gozadera para otros. Después de la sorpresita que se llevó Macri con su Ballotage, tu sabes por eso de decirlo a la inglesa, la derecha están ansiosa temblando por ver si la sorpresita tiene la gasolina para llegar a la Casa Rosada. Aunque por la izquierda esperan que Macri ande pistoneando y que las encuestas hagan su magia de equivocarse otra vez. No podemos culpar a los muchachones de los dos bandos, el final de película del domingo no solo tendrá secuela en la capital de tango, sino que la música que salga de los resultados puede poner a patinar a varios gobiernos de la región que perderían un aliado en sus maniobras políticas.
Para todos no es sorpresa, que más allá de una lucha entre la derecha de Macri y el “izquierda” de Scioli ,va más allá de los asuntos que rodean a la Argentina. En definitiva esta crucial batalla electoral pone de frente a los dos modelos principales que gobiernan la región, por un lado está el deseo renacentista de una derecha que ve en Macri la posibilidad de ganar más posiciones contra el bloque progresista que teme a una derrota que la debilitaría. Maduro, Evo, Correa y Dilma ahorita saben que un MERCOSUR con Macri, sería uno totalmente diferente, es más te digo que la Alianza del Pacifico puede ya estar viéndose reclutando a Argentina para unirse en buscar record de más tratados con mayor libertad de comercio. Es la pelea que explica la realidad ideológica que vive América Latina. Maduro estará ansioso de saber si el delfín de la izquierda podrá acabar con los deseos de un Macri, que no conecta con las decisiones del gobierno venezolano. Si en ese lado hay delirio y temores mejor ni te cuento el éctasis indescriptible que están sintiendo Juanma y Enrique. Lo más que puedo decir es que están culecos y locos de contento de que Macri gane para invitarlo a su exclusivo club.
La idea de la derecha de volver al poder ya no es un sueño, es una realidad que las mismas encuestas ven como posible. Ante el desespero que puede reinar en el lado opuesto, Macri deberá demostrar que su sorpresa vino a coger las llaves de la Casa Rosada. Pero también hay que plantearse como Macri afectaría el proceso de integración, que podría convertirse en uno segregado entre los que quieren la integración a punta de tratados económicos y los que prefieren llegar con más tratados sociales.
Una variedad de desenlaces están por darse en esta elección, pero la realidad es que solo los argentinos serán los responsables de marcar el futuro político de una de las economías más importantes de la región. Aunque ese es otro dilema para el próximo presidente, ya que no han sido nada fácil los acosos de los interconectados fondos buitres que van a por todas con tal de coger sus billetes. Al que se creía que el Neves vs. Dilma era lo máximo, tienen que ver el Macri vs. Scioli un duelo con consecuencias reales, no como esas peleas de segunda clase. Vayan preparándose para comprar sus boletos de primera fila, que Argentina decidirá el domingo si continua el camino que lleva transitando o si hace un giro a la derecha.
Consigan sus mejores botellas de vino y esperen la lluvia atómica de reacciones desenfrenantes a una elección que eriza las pieles del continente por la espera de un final dramático que no tiene nada que envidiarle a Hollywood.