Trump y la derrota del establishment

La subestimación de un candidato es tan importante que puede terminar siendo su clave para su Victoria. Cuando medios, analistas y varios políticos daban por dada una derrota de Trump la realidad fue que se les viro la tortilla. Recordemos que muchos se reían cuando bajando por las escaleras eléctricas de su rascacielos dijo que ganaría la nominación republicana.  Por eso es que el gran derrotado es el establishment político, que sufrió  cuando Jeb Bush perdió y ahora que manda  casi al retiro a una de sus mejores cartas de presentación

Como todo un maestro del marketing, uso su estatus de figura pública para capturar la atención de los medios con cada una de sus promesas. Recordemos aquí su promoción del muro, prohibición de la migración musulmana y su intención de no llevarse mal con el Kremlin.

 

Al convertirse en un candidato apolítico por su forma de expresarse y su rechazo a ser políticamente correcto le sirvió para ganarse adeptos desilusionados con el sistema. Esto lo posicionó como el rival correspondiente para competir contra una figura atada al establishment como lo es Hillary Clinton.

Gran parte del electorado que apoyo al presidente electo  se cansó de seguir escuchando las promesas de políticos que solo hablaban y no mostraban obras concretas. Como también el uso del Gobierno para hacer toda una carrera, solo cuenten los senadores con más 20 años en el Congreso. Y eso que no sumamos el escándalo de Benghazi y el mal manejo de correos electrónicos de Hillary Clinton bajo su labor como secretaria de Estado.  Sin contar también los correos filtrados por los muchachos de Wikileaks.

El fenómeno de su éxito es uno digno de estudio y reflexión por su trascendencia. Si lo vemos desde una óptica extrapolar no es una exageración que  sea parte de la ola conservadora encabezada con  Nigel Farage y el Brexit o con el ascenso paulatino de Marine Le Pen como figura política en Francia. Son movimientos con caras diferentes pero con ideologías milenarias que logran reaparecer en lugares donde hay un descontento general  con el sistema de gobierno.

El gran derrotado lo fue el establishment y una clase política que aún no sabe porque gano el magnate. Más ellas de señalar y denunciar los desaciertos y retoricas de Trump, no reflexionaron acerca de Hillary Clinton y su figura desfavorable.  El hecho de que muchos simpatizantes de Bernie Sanders no mostraran entusiasmo por la ex primera dama muestra exactamente el factor clave del triunfo de Trump.

Si, porque te podrá gustar o no sus discursos e ideas pero no podemos ignorar que gran parte de sus seguidores iban a sus mítines por ver algo fresco, autentico  y fuera del marco tradicional de la política. Notabas un entusiasmo y una entrega en el público que seguía al magnate, mientras que en el lado demócrata no existía esa éctasis como el que hubiera provocado candidaturas como la de Sanders o una Elizabeth Warren.

 

Cuando algunos minimizan el fervor y fogosidad en unas elecciones, no saben que sin ello un candidato no va a ningún lado. Un elector se siente desanimado cuando no siente una pasión y empeño por elegir a su candidato. En muchos casos para varios electores lo que motivaba a votar por Hillary era por el miedo a tener a Trump de presidente. Pero en si no era algo genuino  el deseo de verla presidenta.

 

Desde su inicio de campana maniobro como un maestro el marketing político y se apodero de su status de figura pública para llamar la atención del pueblo estadounidense.

Controversial, diferente, poco convencional y ensimismado con el juego de sus retoricas hoy Donald Trump es presidente electo de Estados Unidos.  Y otra vez demostró que es un maestro del marketing y que en política todo se vale siempre y cuando captures la atención del público a conquistar.

Hoy como nunca antes  el más grande teatro se abrirá en todo su esplendor para recibir a un actor que le excita salirse del libreto en una obra impredecible.

 

Gran reto: Ser opción contra Trump y Hillary

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Gary Johnson y Jill Stein necesitan llegar al 15 % en encuestas para debatir con Trump y Clinton

Ante el fenómeno de Trump y la figura desgastada de Hillary Clinton, este año electoral representa el ahora o nunca para que un tercer partido genere una cantidad sustancial de votos para las elecciones presidenciales de Estados Unidos.  Aunque para muchos puede ser una sorpresa la verdad es que hay partidos minoritarios en este poderoso país.  Entre los más conocidos están el Partido Verde  y los libertarios. Lo que ha contribuido a su inefectividad electoral es que el sistema político les pone trabas y obstáculos con las exigencias y requisitos para aparecer en la papeleta de cada estado. Y eso sin hablar del bloqueo mediático contra ellos.   De hecho para que un candidato presidencial  pueda aparecer en debate televisado con Hillary y Trump necesitaría al menos promediar un 15 por ciento de intención de voto en las encuestas más respetada. Pero dado que hay un malestar con los principales pretendientes, ha sido notable el surgimiento de Gary Johnson en las encuestas. Johnson es un ex gobernador de Nuevo México quien es candidato presidencial por el Partido Libertario. En las últimas encuestas ha sacado entre 10 y 13 por ciento contra Trump y Clinton. De elevar a 15 por ciento su intención de voto podría treparse en la tarima grande. Para que tengan una idea en el 2012 este partido consiguió solamente el 1 por ciento de los votos.

Los libertarios y su prédica del libre mercado y libertad individual han visto un aumento sustancial en seguidores desde que Ron Paul sorprendiera a los medios con su desempeño en las primarias republicanas de 2012.  Aunque están  lejos de ser una amenaza para los dos partidos, no es menos cierto que en las próximas elecciones pueden superar el umbral del doble digito. Algo nunca antes visto desde  el fenómeno de Ross Perot en los 90, quien desinflo la candidatura de Bush padre ante Bill Clinton al obtener un 19 por ciento de votos   o como no olvidar el intento de Ralph Nader de atrapar votos de los demócratas en el 2000.  Sabemos que Johnson puede quitarle votos a Trump, pero igualmente lo puede hacer con los demócratas. Sus posturas liberales como legalización de la marihuana, y la no intervención militar en el extranjero pueden ser posiciones atractivas a muchos votantes de Bernie Sanders que no confían mucho en la ex primera dama.

Por primera vez en muchos anos los libertarios tienen la oportunidad dorada para hacerse sentir en una elección principal. Pero depende de cómo hagan sus estrategias para realmente ser decisivos ante dos candidatos con números negativos en popularidad.

La disfuncionalidad del Congreso sumado a la división notoria en el liderato republicano han contribuido a que muchos electores empiecen a ver a otras alternativas políticas. De ese descontento surge Trump y Sanders, dos muchachones que prometen revolución  y una agitación política en Washington. El multipartidismo es algo que ya en España ha dado de que hablar con la irrupción de nuevas fuerzas en el Parlamento  y ni hablar de los frentes y alianzas en América Latina. Hablar de esto  en Estados Unidos es quedarse en la ilusión.

Sabemos que competir en cobertura mediática con Trump es como tratar de ganarle una carrera a Usain Bolt. Pero no hay excusas en siglo 21 para llegar a la gente de a pie.  El cambio trascendental de hacer campanas ha cambiado sustancialmente y es a partir de las redes sociales que tanto el Partido Libertario y Verde han sumado seguidores. No digo que ellos ganaran una elección en las próximas dos o tres elecciones. Mas allá de ganar o perder  lo que es vital para la democracia es que ellos tengan una oportunidad de ser escuchados en un país saturado por el bipartidismo.

En noviembre de 2016 los partidos minoritarios tienen la hora cero para de una vez y por todas demostrarle al público estadounidense de que son tan viables y serios en sus propuestas como los rojos y azules que han gobernado por los últimos 100 años a la nación estadounidense.

Entra Bernie a la carrera

Senador Bernie Sanders
Senador Bernie Sanders

Barajeando las primarias, ya nos encontramos con dos candidatos oficiales por los demócratas, con el anuncio del senador Bernie Sanders. Un senador por el estado de Vermont  busca llevar su socialismo democrático a Casa Blanca, lo primero que hay que preguntar es ¿Lo dejaran? ¿Tendrá los fondos y los votos para llegar lejos en las primarias? Hay que reconocer que Sanders ha sido un ferviente crítico contra la falta de programas que ataquen la pobreza y desigualdad. Ha promovido el establecimiento de un sistema de salud público y gratuito combinado con una educación accesible a todos los sectores.  Aunque todavía no se sabe si Elizabeth Warren va a entrar, lo que sí es una realidad es que Clinton va a tener que exponer al País su visión liberal contra el socialismo de Sanders. Entonces al darse eso, ella se va a ver obligada a cambiar de varias posiciones en materia social. La carrera por la nominación demócrata resulta lo más de interesante, con un auto denominado socialista que intenta arrebatarle la candidatura a Hillary Clinton. Sanders ha sido un constante defensor del cambio climático, la salud pública y opta por una política exterior más pausada.  Muchos le dicen el Ron Paul demócrata por siempre tomar posiciones que a veces no concuerdan con el establishment de su partido. Lo cierto es que ambos tienen un punto común como lo es el limitar la injerencia exterior. Bernie sabe que la tiene difícil con Clinton, pero al parecer los donantes le apoyan cuando en su primer día de campana acaricio $1.5 millones. Mucho más a la izquierda de Clinton con una posición contra varios tratados comerciales, incluyendo el vigente con Australia. Sanders insiste en que muchos de estos tratados estimulan a que haya más pobres, provocando una desigualdad sustancial. No hay duda que al senador le gusta decir las cosas como las ve, pero eso es algo que lo aleja de los amigos super donantes que saben que con su plan de impuestos no ganan que digamos. Los demócratas quieren hacer historia de todas formas, con Clinton lanzan la primera mujer a ser presidente y con Bernie buscan rebasar el record de Reagan como el mandatario más longevo. Curiosidades políticas que a los republicanos les gustan también, si gana Ted Cruz, sería el primer candidato nacido en Canadá que se sienta en Casa Blanca y con Rubio sería el primer latino. Pero esperemos que algo más allá de records sea una campana de ideas donde se debata seriamente por el futuro de la nación estadounidense. Bernie llego, y Hillary sabe que tiene que ponerse las pilas porque contrario a otros demócratas, éste si sabe debatir y pelear hasta al final por sus principios.

La Cumbre y el baile de los discursos

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El telón estaba preparado para la ansiada cumbre de las Américas, Cuba y Estados Unidos los protagonistas de una reunión de presidentes bastante marcada por la división ideológica. Sonrisas y hasta disculpas se codearon entre los discursos de Mr. Obama y Raúl. Pero más allá de eso, lo importante es que por vez primera ambas naciones estrechan sus manos para continuar el proceso de la normalización de relaciones diplomáticas. Al parecer Raúl quería vengarse y dio un discurso bastante extenso para recompensar las pasadas cumbres perdidas. Un asunto que puede ya ser cosa del pasado con la nueva era que ha de marcar la normalización de relaciones con Washington.
En verdad las Cumbres suelen quedarse en la palabra y negarse a la acción contundente. Realmente no hubo otra gran noticia que aquel estrechón de manos entre los chicos de moda. Pero algo que resulta interesante es que no hubo consenso en la declaración de Panamá, es decir que al final del día los mandatarios fueron a verse las caras y aplaudir modestamente la gama de discursos ofrecidos. En parte esa nota revela la diferencia enorme entre la América Latina de hace 10 años con la de ahora. Ya no esa región con la que Washington podía contar con amigos íntimos. No eso al parecer paso a la historia, el hecho de que Venezuela fuera respaldada por la UNASUR para seguir pidiendo la derogación de las sanciones promovida por Obama, demuestran que Suramérica se encuentra tenida de una izquierda que al parecer apoya al gobierno de Maduro. Es cierto que América Latina tiene una diversidad de modelos políticos, pero sería falso si no dijéramos que el resurgimiento de la izquierda se debe principalmente a ese pasado oscuro que muy bien nos relató Galeano en “Las Venas Abiertas de América Latina”. La historia política de la región nos da lecciones sobre el resurgir de ciertas fuerzas que posiblemente no se imaginaban tener el poder que hoy manejan en los diferentes gobiernos. Hay un cambio de época, pero será necesario que en vez de estar dividía en colores de izquierda se perfilara como un todo que la productividad ligado con la educación son los pilares que ha de edificar a la región para el desarrollo potencial que tiene.
Entonces dado el lado ideológico, hay que empezar a convertir estas cumbres en agendas serias de trabajo donde lo rallante burocrático pase a lo concreto. De que vale dar discursos sobre cambio climático o democracia cuando muchos de los gobiernos carecen de mecanismos para enfrentarse a tan preponderante asunto. Posiblemente la región requiera más infraestructura, más lo que de verdad le urge es que lleven una sola voz que integre las necesidades que los hombres y mujeres de a pie del continente esperan anisadamente por ser dignificados. Panamá sirvió de base para la foto de show de los nuevos amigos, pero esperemos que la próxima Cumbre del 2018, en Perú sea una que pase de las fotitos de colección al timonel de la acción.
¿Qué tal les pareció ustedes la Cumbre?
Adelante, comenten y discutan en completa confianza
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Cambio climático: Política evasiva

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La polίtica de la evasión, puede ser muy fácil de hacer, pero tiene consecuencias que conllevan difíciles situaciones por vivir. No se necesita tener sabiduría científica para saber que el cambio climático es una realidad innegable de nuestro mundo. Los constantes cambios de temperatura, el derretimiento acelerado de los glaciares o el agravamiento de fenómenos como El  Niño nos dan una dosis de lo que puede ocurrir si seguimos siendo meros espectadores ante tal tragedia. La cuestión no es ambiental, es un asunto político que solo puede ser atacado con políticas publicas serias que logren subvertir la mentalidad evasiva por una impulsiva. Pero ya sabemos, que para llegar a tal decisión, hay que meterle mano a los grandes intereses que se codean con los gobernantes, como si fueran su más íntimas musas. Claro está, es innegable que las grandes compañías petroleras y amasadas de los gases invernaderos van a tener recelos contra cualquier medida profunda hacia el cambio climático.
No podemos obviar de que si hay sequia no hay agricultura sólida, de hecho países como Guatemala y Bolivia podrían perder una parte significativa de su PIB si la merma del agua sigue en alzada. Siendo la energía hidráulica un sector preponderante para Bolivia, su nivel de producción ha venido de más a menos. Es palpable que lo climático va con lo económico, y por ende sería una ineptitud no plantear el dilema ambiental como uno político. No es un asunto entre liberales o conservadores es trascendental al planto de las tribus partidistas, es la coyuntura existencial que necesita de verdaderos líderes para al menos reducir los impactos negativos que conlleva el calentamiento del planeta. Hoy nos atormentamos por lo ocurrido en el olvidado Vanuatu, pero mañana puede ser cualquier isla del Caribe. Aquí no se trata de clichés ni de discursos bonitos, es la pura realidad que vivimos, los gobiernos de América Latina deben entender que para ser de verdad ejemplos del Sur deben empezar a defender la mano que les da de comer. La región tiene nexos de vulnerabilidad con las variaciones climáticas, es obvio que el Niño viene más fuerte que el año pasado, y no es porque ha crecido, sino porque la futilidad sistemática de los estados le ha dado rienda suelta para seguir creciendo. Lo real no deja de culpar a la política, pero aún falta mucho por encontrar a esos que dejen la hegemonía discursiva de la evasión por la difícil tarea de decir acción.

Deseos para América Latina

La política latinoamericana en el 2014 estuvo intensa como lo usual, pero llena de sorpresas que nadie esperaba para terminar el ano.  La configuración del mapa político cambio poco, resaltando el nuevo periodo de Bachelet en Chile, las victorias de la izquierda en Brasil, Uruguay y Bolivia. Las bajas notables serán Pepe Mujica y Cristina Fernández que ya entran en la curva ultima de su periodo presidencial. Y por supuesto el giro valiente de Obama de restaurar las relaciones diplomáticas con Cuba, tal vez la noticia más trascendental en lo que se refiere a la diplomacia latinoamericana. Pero más allá de hacer un recuento detallado de lo que fue el 2014 quiero centrarme en lo que espero que sea el 2015 para la región.Terminamos este 2014 con la esperanza de ver finalizado el inefectivo bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba, creo que es una buena idea de que el presidente Obama propicie los cambios necesarios para dar el paso de un discurso con ilusión a uno con inclusión.

No hay nada más que desee que la recuperación económica de Puerto Rico un país que ve como sus mentes más brillantes se ven obligados a emigrar en busca de tener una mejor calidad de vida. La Isla tiene un problema político que Estados Unidos se ha vuelto reacio a resolver, creo que es un dilema que en el 2015 no va a cambiar debido al inmovilismo nacional. Ahora estamos ante una sociedad que cada día enfrenta un deterioro en el sistema educativo, en especial en la demagogia y burocracia que se come al Departamento de Educación. A eso hay que sumarles el irrespeto sistemático contra los maestros y su bajo salario.  En este 2015 espero que el Gobierno entienda que el verdadero jefe no es su partido sino el pueblo. Aun así no pierdo nunca la esperanza en el maravilloso Puerto Rico y su gran potencial económico. Hay que resaltar los logros deportivos, en especial la presea dorada centroamericana de Mónica Puig en el tenis y la excelente labor de los boxeadores criollos como el caso de Félix Verdejo.

Colombia tierra querida del Sur, un país hermoso que quiere y aspira por la paz. Espero que este 2015 sea el de la paz y que por fin concluya el conflicto armado con las FARC y que al menos se avance en el dialogo del gobierno de Santos con el ELN. A parte de paz, deseo más justicia social para los colombianos, creo que el gobierno liberal debe enfatizar en este problema que no es solo de Colombia sino de toda la región. Al igual que pido paz para Colombia pido más justicia para México, un país que atraviesa una crisis social respecto al irrespeto de las fuerzas policiales contra sus pares civiles, pero sobretodo un Estado que ha fallado en defender a su pueblo de las garras del triste e ineficiente sistema judicial que no castiga a los responsables de la barbarie de los 43. Espero justicia real para los responsables de la tragedia de los 43 estudiantes y ansió con ver a un México que respire mayor inclusión social y que cada día se aleje más de la barbarie del narcotráfico, la corrupción y la política pésima. Hablando de corrupción espero que la justicia brasilera logre encarcelar a los responsables del robo de dinero público como también deseo que Dilma saque ese linaje guerrillero para arremeter contra cualquier funcionario que intente sabotear o manosear el dinero de todos los brasileños.

Uruguay y su sabio Pepe dejan un legado notable con el discurso moral bien puesto declaro que ha sido una lección de honestidad, bondad y sobretodo humildad de este presidente al resto del mundo. Al decir las cosas como son se aprenden y se comprende mucho sobre la realidad del mundo en que vivimos.

 

 

Bueno, no me queda más que desear a toda América Latina mis deseos de paz, menos desigualdad e impunidad, más productividad y sobre todo mayor integración social, política y económica.

 

Ahora digan ustedes sus deseos