Pensaban que era puro relajo el sonar del tic tac, pero al final el reloj le sonó justo en la cara al moribundo bipartidismo español. A pesar de que la actual distribución de escaños no tiende a ser democrática, vemos que el avance de partidos emergentes ha amenazado con tumbar la bayoya de la alternancia entre dos fuerzas que vienen sufriendo de una erosión plasmada en el malestar colectivo sobre el auge de los casos de corrupción en el gobierno. Con los peores resultados en su historiar reciente el PSOE cae ante el evidente ascenso de PODEMOS en el panorama político. Tal vez fue solo la suerte que salvo al partido “socialista” de descender al tercer lugar en las elecciones. Si fuéramos a sumar los votos de aquella fallida alianza entre Izquierda Unida y PODEMOS, hoy estuvieran pisándoles los talones al PP.
Aunque muchos no quieran aceptarlo, el bipartidismo entre los populares y los “socialistas” está en fase terminal. Porque dado el escenario electoral producente tenemos que el multipartidismo es y será la clave para el eventual gobierno que salga de los pactos o coaliciones que se den para formar el próximo gobierno de España. Rajoy podrá salvar sus muebles por ser el partido más votado, pero jactar tal redundancia seria renunciar a la voluntad de un electorado que pide a gritos una segunda transición que rompa con los murales de la actual política por una apertura al juego de la democracia, que es lo que significa el arcoíris que sale de las elecciones.
Aun cuando no gana las elecciones, Pablo Iglesias es el líder político que logra brillar en la elección, porque ha trasladado ese malestar que tenían las multitudinarias protestas del movimiento del 15-M a un escenario donde pueden debatir de tú a tú con los líderes del Gobierno. PODEMOS hizo lo que muchos tildaban de imposible , con menos de 2 años de formación logra ser el tercer partido más votado en una elección general y vale recordar que su diputada electa por Rita Bosaho se convertirá en la primera diputada de raza negra en llegar al Parlamento, un logro muy desapercibido por muchos medios.
La prensa internacional no fue a Madrid a ver si Rajoy ganaba o no, era el banquete por ver si el nuevo partido anti-austeridad conseguía irrumpir con mollero en el parlamento. Por tal razón, Don Felipe González fue el primero que salió a aclararle a Pedro Sánchez que con PODEMOS no se pacta ni en broma. Y ya saben que con el PP no se puede ir, porque sería probar el punto de PODEMOS y CIUDADANOS de que la vieja guardia son tan iguales que se ayudan entre sí por guisar en la Moncloa
Cuando el muchacho de la coleta no decepciono mucho con las encuestas previas a las elecciones, hay que decir que Albert Rivera y el partido Ciudadanos no lograron cumplir con las expectativas que se tenían, que eran de estar en la lucha entre las primeras tres posiciones. Un punto que se debe a que la imagen de Rivera y su partido juega más a la percepción de ser una regeneración más fresca de Rajoy y el PP.
Hoy España, no está inestable como muchos predican y analizan, de hecho ese arcoíris con que se vestirá la cámara de diputados será la entrada oficial del país a un mundo político donde la diversidad aumenta, la tolerancia se evaluará y la real democracia se probará.
Los verdaderos ganadores no fueron los populares o los de PODEMOS, fue el furor y el clamor al unísono del pueblo español porque los de abajo tuvieran más voces que representen la realidad social de la actual España que merece una segunda transición que rompa con los vestigios de un pasado que aun late con una Constitución no muy cercana a lo que el pasado domingo se votó en las urnas.