Gran reto: Ser opción contra Trump y Hillary

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Gary Johnson y Jill Stein necesitan llegar al 15 % en encuestas para debatir con Trump y Clinton

Ante el fenómeno de Trump y la figura desgastada de Hillary Clinton, este año electoral representa el ahora o nunca para que un tercer partido genere una cantidad sustancial de votos para las elecciones presidenciales de Estados Unidos.  Aunque para muchos puede ser una sorpresa la verdad es que hay partidos minoritarios en este poderoso país.  Entre los más conocidos están el Partido Verde  y los libertarios. Lo que ha contribuido a su inefectividad electoral es que el sistema político les pone trabas y obstáculos con las exigencias y requisitos para aparecer en la papeleta de cada estado. Y eso sin hablar del bloqueo mediático contra ellos.   De hecho para que un candidato presidencial  pueda aparecer en debate televisado con Hillary y Trump necesitaría al menos promediar un 15 por ciento de intención de voto en las encuestas más respetada. Pero dado que hay un malestar con los principales pretendientes, ha sido notable el surgimiento de Gary Johnson en las encuestas. Johnson es un ex gobernador de Nuevo México quien es candidato presidencial por el Partido Libertario. En las últimas encuestas ha sacado entre 10 y 13 por ciento contra Trump y Clinton. De elevar a 15 por ciento su intención de voto podría treparse en la tarima grande. Para que tengan una idea en el 2012 este partido consiguió solamente el 1 por ciento de los votos.

Los libertarios y su prédica del libre mercado y libertad individual han visto un aumento sustancial en seguidores desde que Ron Paul sorprendiera a los medios con su desempeño en las primarias republicanas de 2012.  Aunque están  lejos de ser una amenaza para los dos partidos, no es menos cierto que en las próximas elecciones pueden superar el umbral del doble digito. Algo nunca antes visto desde  el fenómeno de Ross Perot en los 90, quien desinflo la candidatura de Bush padre ante Bill Clinton al obtener un 19 por ciento de votos   o como no olvidar el intento de Ralph Nader de atrapar votos de los demócratas en el 2000.  Sabemos que Johnson puede quitarle votos a Trump, pero igualmente lo puede hacer con los demócratas. Sus posturas liberales como legalización de la marihuana, y la no intervención militar en el extranjero pueden ser posiciones atractivas a muchos votantes de Bernie Sanders que no confían mucho en la ex primera dama.

Por primera vez en muchos anos los libertarios tienen la oportunidad dorada para hacerse sentir en una elección principal. Pero depende de cómo hagan sus estrategias para realmente ser decisivos ante dos candidatos con números negativos en popularidad.

La disfuncionalidad del Congreso sumado a la división notoria en el liderato republicano han contribuido a que muchos electores empiecen a ver a otras alternativas políticas. De ese descontento surge Trump y Sanders, dos muchachones que prometen revolución  y una agitación política en Washington. El multipartidismo es algo que ya en España ha dado de que hablar con la irrupción de nuevas fuerzas en el Parlamento  y ni hablar de los frentes y alianzas en América Latina. Hablar de esto  en Estados Unidos es quedarse en la ilusión.

Sabemos que competir en cobertura mediática con Trump es como tratar de ganarle una carrera a Usain Bolt. Pero no hay excusas en siglo 21 para llegar a la gente de a pie.  El cambio trascendental de hacer campanas ha cambiado sustancialmente y es a partir de las redes sociales que tanto el Partido Libertario y Verde han sumado seguidores. No digo que ellos ganaran una elección en las próximas dos o tres elecciones. Mas allá de ganar o perder  lo que es vital para la democracia es que ellos tengan una oportunidad de ser escuchados en un país saturado por el bipartidismo.

En noviembre de 2016 los partidos minoritarios tienen la hora cero para de una vez y por todas demostrarle al público estadounidense de que son tan viables y serios en sus propuestas como los rojos y azules que han gobernado por los últimos 100 años a la nación estadounidense.